No ha pasado demasiado tiempo desde que el correo electrónico era la primera opción a la hora de comunicarse a través de Internet. A pesar de ello, en los últimos años hemos sido testigos del lanzamiento de montones de plataformas de comunicación distintas: si lo que queremos es compartir fotos y vídeos podemos utilizar redes sociales como Facebook o aplicaciones como WhatsApp; en caso de estar buscando soluciones más enfocadas al mundo laboral, Slack es una de las opciones más recomendadas; y si eres de los que prefieres hablar, plataformas como Skype se han hecho un profundo hueco en nuestras vidas. Aunque las posibilidades que ofrecen estas herramientas han hecho presagiar la muerte del correo electrónico en más de una ocasión, el email sigue más vivo que nunca.
Las alternativas al correo electrónico ofrecen muchas más posibilidades
Da igual la herramienta que te haya servido para sustituir al correo electrónico; lo más probable es que podamos afirmar sin reservas que ofrece muchas más opciones que el email. Mientras que el correo electrónico está limitado al envío de mensajes de texto y archivos adjuntos (a menudo con limitaciones en cuanto a su peso), las plataformas que han ido surgiendo a lo largo de los últimos años ofrecen opciones que van mucho más allá de lo que nos permite el email.
Desde enviar todo tipo de archivos multimedia de forma rápida hasta establecer un streaming de vídeo en directo al que podrá conectarse cualquier persona del planeta, pasando por la posibilidad de realizar videollamadas en grupo de forma gratuita.
Muchos usuarios abandonan el correo electrónico para pasar a abrazar las múltiples posibilidades de las herramientas que van llegando a nuestros dispositivos
Todo ello hace que muchos usuarios abandonen el correo electrónico para pasar a abrazar las múltiples posibilidades de las herramientas que van llegando a nuestros dispositivos, lo que da lugar a nuevas formas de comunicación. A pesar de todo lo anterior, el correo electrónico cuenta con una serie de ventajas que, aunque puedan pasar desapercibidas, son de vital importancia en el análisis de su longevidad y resistencia.
Cualquier persona con acceso a Internet tiene una cuenta de correo electrónico
Una de las principales razones por las que el correo electrónico sigue vivo es su enorme repercusión. De hecho, la gran mayoría de personas con acceso a Internet a nivel mundial tiene al menos una cuenta de correo electrónico registrada a su nombre. Esto es así incluso en países en vías de desarrollo en los que las conexiones a Internet son costosas y lentas o en lugares donde el uso de smartphones es muy reducido, condiciones que convierten al email en una herramienta de comunicación global y sin barreras.
Antes de terminar la década habrá un total de 5.600 millones de cuentas de correo electrónico activas
Y es que, ¿qué otra herramienta de comunicación ha conseguido tal alcance? Aunque la popularidad de las redes sociales no deje de sorprendernos, las cifras por las que destaca el email son impresionantes: varios estudios afirman que antes de terminar la década habrá un total de 5.600 millones de cuentas de correo electrónico activas, lo que demuestra que el número de usuarios del email no deja de crecer. Por si no habías caído, la población mundial se estima en torno a los 7.500 millones de personas, lo que pone de manifiesto la magnitud de la cifra de usuarios del correo electrónico.
Podemos enviar emails desde cualquier dispositivo conectado a Internet
Llegados a este punto nadie puede negar que el email es una de las herramientas de comunicación más accesibles. Mientras que apps como WhatsApp nos obligan a tener un smartphone para utilizarlas, herramientas como Slack están enfocadas a un uso interno en entornos de trabajo y las redes sociales requieren que la persona con la que queramos comunicarnos nos haya añadido previamente a su lista de amigos, los pilares en los que se sustenta el correo electrónico hacen que sea posible utilizarlo sin importar la región del mundo en la que nos encontremos, los requisitos técnicos del dispositivo que estemos utilizando o la relación que tengamos con la persona con la que queremos contactar: solo necesitamos una conexión a Internet y podremos empezar a comunicarnos con el resto del mundo.
Es por ello por lo que podemos enviar emails desde la gran mayoría de dispositivos conectados a Internet, y decimos la mayoría porque aún no es posible enviar emails desde muchos dispositivos relacionados con el Internet de las Cosas o Internet of Things.
Todas las características que hemos ido mencionando hasta el momento hacen del correo electrónico una herramienta de comunicación de lo más importante. Además, su atractivo es especialmente relevante en el mundo del comercio electrónico, motivo por el cual las empresas siguen dedicando un importante porcentaje de sus recursos al uso del email como herramienta de marketing y atención al cliente. No se trata de una estrategia aleatoria. De hecho, diversas encuestas afirman que el email es el canal preferido de comunicación comercial para el 72% de usuarios de Internet.
Y no solo eso, ya que un estudio llevado a cabo por Harris Interactive indica que un 81% de los estadounidenses han realizado una compra online como resultado de la recepción de un email publicitario basado en sus gustos personales y hábitos de compra anteriores. Aun así, es importante clarificar la importancia de las redes sociales en el marketing digital, un canal que poco a poco ha ido quitando relevancia al correo electrónico al facilitar el acercamiento al cliente de una forma más natural.
Más que de la muerte del email hablaríamos de un cambio de necesidades
Teniendo en cuenta todo lo anterior es complicado aventurarse a hablar de la muerte del correo electrónico como tal. De hecho, puede que nunca se produzca.
Es complicado aventurarse a hablar de la muerte del correo electrónico como tal. De hecho, puede que nunca se produzca
En lugar de ello, todo apunta a un cambio en las necesidades y costumbres de los usuarios, que a día de hoy prefieren comunicarse con amigos y familiares usando las redes sociales y herramientas similares por las enormes posibilidades que ofrecen, relegando el correo electrónico a un ámbito más formal, como el mundo del trabajo o la comunicación con las empresas.